Si disfrutas muchos de los gatos o deseas tener uno en casa, entonces has llegado al lugar indicado, puesto que conocerás todos los detalles, características y curiosidades que esconde el gato romano, uno de los felinos más comunes en gran parte del mundo que también se le conoce como gato europeo o doméstico.
¿Cómo deben cuidarse? ¿Cuál es el origen del gato romano? ¿Necesita una alimentación especial? ¿Suele enfermarse mucho? No dejes de leer hasta el final para aclarar todas las dudas. Pero de antemano podemos adelantar que, el gato romano es un clásico animal que dispone de un pelaje corto pero muy suave, tanto como si fueses a acariciar un peluche. Pero lo más llamativo de todo son sus colores. Para conocer mucho más, presta atención al siguiente punto y descubre todo sobre el gato romano.
Aspecto del gato romano
Como ya pudiste conocer un poco, el gato romano resulta muy adorable como mascota doméstica, ya que su cabeza redondeada y el pelaje muy corto lo hacen ver como un peluche, lo que va de la mano correctamente con su carácter que analizaremos más adelante.
Por tratarse de un pelo corto, resulta muy fácil de cuidar, al igual que el resto de su cuerpo; ya que su nariz es corta, las orejas son redondas, tiene ojos grandes, generalmente amarillentos y no requiere mayores sacrificios, por lo que se convierte en el gato favorito de muchos.
Y no menos importante, el color del pelaje es uno de los grandes atractivos del gato romano, ya que pareciera tratarse de un pequeño tigre o león de la selva, puesto que tiene tonos grises, chocolate, marrón y hasta cobrizos, marcando líneas y rayas en paralelo que arropan todo su cuerpo.
De manera más específica, el gato romano puede ser monocolor; blanco, negro o anaranjado o bicolor; con una mezcla de negro y blanco o anaranjado y blanco. Y también puede ser tricolor; con colores como el blanco, negro o naranja.
Carácter del gato romano
Si deseas sumar al gato romano como el nuevo integrante de la familia, no tendrás mucho de qué preocuparte en cuanto a su carácter, ya que son felinos que disfrutan gratamente la compañía de personas, por lo que es ideal su convivencia dentro de un hogar.
Generalmente el gato romano es tranquilo, no busca hacer acrobacias o jugar desesperadamente; por lo que resulta ideal para vivir dentro de casa aunque no sea muy grande. Pero, en caso de tratarse de un espacio muy reducido, debe habilitarse una zona para el gato donde pueda recibir los estímulos necesarios.
Es decir, un espacio para dormir y hasta esconderse, un elemento que le permite limar sus uñas y algunos juguetes para distraer cuando así lo desee. Con relación a ello, no debes olvidar que los gatos son naturalmente depredadores y cazadores, por lo que suelen aburrirse cuando no se les regala un poco de adrenalina en su día a día.
Y aunque por momentos suelen ser algo desconfiado y un poco tímido, el gato romano sí es cariñoso y apegado con sus dueños, además de adaptarse fácil y rápidamente al nuevo ambiente familiar. Esto quiere decir que, se la llave muy bien con niños al momento de jugar o divertirse.
Origen del gato romano
Es una de las razas más antiguas, ya que los romanos fueron quienes los trasladaron hasta Gran Bretaña. Por lo que se dice que, el gato romano realmente se originó por las calles Inglaterra, cazando y buscando ratones por doquier.
También se le conoce como gato europea o doméstico, y desde sus inicios se le ha considerado como un excelente animal de compañía, sobre todo por su apacibilidad y lealtad con sus amos.
Aunque se desconoce cuáles son los antepasados de esta raza, algunos estudian han determinado que se trata del gato montés africano. Pero, se cree que también puede asociarse con el gato de la jungla por algunas características genéticas que posee.
Salud del gato romano
Sus huesos y articulaciones deben lidiar con una gran corpulencia, por lo que debe cuidarse su alimentación para no caer en sobrepeso. En ese sentido, aunque la mayoría de los gatos no suele enfermarse con regularidad, el gato romano puede sufrir de enfermedades en las articulaciones, así como miocardiopatía hipertrófica y la enfermedad renal poliquística.
Para que estas patologías se hagan presentes, generalmente sucede cuando ya los gatos cuentan con una edad avanzada, donde suelen hacerse manifestar los síntomas. Por ello, es importante que se realicen chequeos constante, sobre todo durante la etapa de gestación para poder detectar las posibles enfermedades que son de carácter genético y hereditario.
Pero, la buena noticia es que existen medidas preventivas que pueden retener la aparición de dichas enfermedades, las cuales pueden ponerse en práctica durante el proceso de alimentación que veremos más adelante.
Cuidados y alimentación del gato romano
La elección de los alimentos que debe consumir el gato romano debe tratarse de una comida de alta calidad, pues será mucho mejor. Es decir, una alimentación que sea rica y nutritiva en proteínas saludables, por lo que la carne debe estar muy presente en su bandeja.
Para ellos, los felinos de raza, siempre se puede conseguir alimento especializado que se adapte a sus necesidades y requerimientos, como son croquetas de tamaño pequeño que facilita la correcta ingesta por su mandíbula corta.
Con relación a los cuidados, la atención debe enfocarse al punto de salud, puesto que existen algunas medidas preventivas para pausar un poco la aparición en complicaciones con las articulares o cardiacas, y también se relacionan con la buena alimentación; por lo que debe seleccionarse un alimento que contenga glucosamina para los cartílagos y vitamina B, así como el aceite de salmón para proteger su pelaje de la opacidad.
Pero si lo deseas o no consigues el alimento con tales especificaciones, puedes suplementar al gato romano de manera específica con dosis de taurina, sólo de 100 a 200 miligramos al día, adquirir cápsulas de aceite natural de salmón y la glucosamina puede mezclase en líquido o polvo en la comida del gato.
Fuera de una buena alimentación, el gato romano no requiere de mayores atenciones básicas de salud, por lo que sólo restaría recomendar el correcto control regular con un especialista de salud, cepillar su pelo y controlar el peso. Del resto, quedará por parte de los dueños brindarle todo el amor, atención y diversión que necesite.
Cómo comprar un gato romano
Al tratarse de un gato sumamente común y fácil de encontrar en cualquier parte, el gato romano no dispone de un valor sumamente alto en las tiendas de mascotas. Pero, al momento de decidir si comprar éste animal doméstico, puedes conocer primeramente las opciones en los centros de adopción de animales para brindarle la oportunidad de una mejor vida a cualquier gato que lo necesite con urgencia.
Pero, en caso de tener claro que deseas comprar un gato romano para llevarlo a casa, debes asegurar que disponga de las pruebas genéticas correspondientes, ya que de esta manera garantizarás que no sufrirá de posibles complicaciones de salud, como las que analizamos anteriormente: deterioro de las articulaciones y sistema cardíaco.
También es importante realizar las vacunas primarias correspondientes, así como contra con una revisión médica previa y estar completamente desparasitado. En algunos casos, también se esteriliza al gato romano antes de llevarlo a casa, aunque muchos de los machos nacen estéril. Pero lo más importante de todo es recibir un certificado de salud que está avalado por un veterinario en caso de realizar una compra formal y directa.
Al momento de llevar al gato persa a su nuevo hogar, debe existir una preparación previa que le permite tener claro su nuevo espacio y no se trate de un cambio sumamente brusco; sobre todo si ya existe otra mascota en el hogar.
Lo que quiere decir que, debe tener un espacio fijado para su descanso, adquirir la comida necesaria, apropiada y especializada según sus requerimientos alimenticios, así como un reciente con agua que esté siempre a su alcance.
Si un vendedor de animales oferta un gato ramona muy pequeño o que tenga menos de 3 meses, no es aconsejable aceptarlo, ya que durante esa etapa estará mejor junto a la madre para poder alimentarse como lo necesita y fortalecer todo su sistema inmunitario antes de desligarse por completo y adaptarse a su nueva realidad.
Y no menos importante, debes percatarte de todos los detalles del gato romano antes de llevarlo a casa. Es decir, supervisar sus condiciones: que abra bien sus ojos, la nariz no tenga secreciones, el pelaje se vea sano y brillante, sus patas se doblen correctamente y desee comer sin tener que forzarlo.
Recuerda que es fundamental analizar todas las circunstancias favorables y responsabilidades que implica tener un gato romano en casa; así como cualquier mascota doméstica, ya que se trata de un ser vivo que respira, duerme, come y disfruta de la vida tanto como tú.
Una vez que hagas eso, sólo tendrás que brindarle mucho amor, cariño y un espacio confortable al gato romano para que no esté muy lejos de ti, ya que seguramente no querrá despegarse.